miércoles, 16 de enero de 2019

APOROFOBIA, RACISMO, MACHISMO Y PRIVILEGIO BLANCO.


Foto del diario Deia

Estoy a favor de la libertad de expresión, siempre. Y el día que nos quiten eso yo me bajo del mundo. Pero una cosa es la libertad de expresión y otra muy distinta vomitar tu odio antigitano, y para más inri, que te lo publiquen.

El diario Deia no es que digamos un referente de buena praxis periodística, y entiendo que no se responsabilizan de las opiniones vertidas por las y los lectores. Pero alguien en maquetación podría pararse a pensar un poco el impacto negativo que esta opinión puede tener con la que está cayendo. O bien alguien de la dirección, o de la redacción, o quien narices se encargue de qué ponen y qué no ponen en el Deia ayer lo vio bien, como una especie de reivindicación antigitana. Igual hasta lo quiso publicar porque hace eco de los pensamientos de los que trabajan en Deia, (no me atrevo a decir que en representación de la linea editorial, porque me asustaria ese pensamiento, pero entra dentro de lo posible) O bien puede responder a los monstruos del que ayer maquetaba el periódico, o del clamor general del racismo antigitano que respiramos desde siempre (unos días más denso, otros dias menos).

Sea como fuere, el firmante Josu Hormaetxea envío su vomito antigitano para publicarlo y se quedó tan ancho. Poco importa por cuánta necesidad estén pasando esas dos mujeres para tener que ir a solicitar ayudas, ayudas que están en todo su derecho a pedir si cumplen los requisitos pertinentes. Poco importa el hecho de que pensara meterse en una conversación ajena sin nadie darle permiso, seguramente para increpar a dos mujeres. También obviaremos el hecho de que el tal Josu estaba en la misma fila delante de ellas, con lo cual también iba a solicitar ayudas. ¿Qué le hace pensar que él es más digno preceptor de las ayudas que el Gobierno Vasco tiene destinadas a personas con necesidad o en riesgo de exclusión que las dos mujeres que tenía detrás? Atendiendo a la educación recibida, ¿quién fue más sinvergüenza, las dos mujeres que hacían cola hablando entre ellas (nadie sabe cuánto hace que no se veían, nadie sabe si ése era el único momento de distensión del día que disfrutaron, nadie sabe qué, nadie sabe…) o el hombre que tenían delante poniendo la antena a toda la conversación que hasta la puede transcribir, juzgándolas, insultándolas y menospreciando a toda una comunidad que es tan vasca como él?

Estimado (es un decir) Josu Hormaetxea, desde tu privilegio de hombre blanco cis capitalista y patriarcal te has erigido en salvaguarda de los fondos monetarios destinados a [inserte aquí el concepto que proceda] confiando en tu sabiduría de persona bien educada, despreciando a dos mujeres y a toda una comunidad, desde la comodidad de tus prejuicios antigitanos y no te das cuenta que tú estabas en la misma fila que las dos mujeres, ergo tú también necesitas ayudas sociales. Si yo hubiese sido mentalmente tan despreciable como tú y fuese una de las dos mujeres gitanas que tenías detrás hubiese pensado que eras un seňoritingo payo blanco que viene a por algo que seguro no necesita.

Desde que el mundo es mundo ha habido ciudadanos de primera, de segunda, y de hasta el ordinal que se te ocurra. Pero fíjate Josu que a mi me parece que tú estas varias escalas por debajo de las dos mujeres gitanas que tenías detrás, porque mientras ellas estaban a lo suyo tú las estabas insultando, juzgando y cuestionando.

Todo desde tu posición de privilegio de hombre payo blanco solicitante de ayudas sociales.

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